Bernard Henry Levy y el «botulismo»

Bernard Henri Levy es un filosofo y ensayista que no es ajeno a la polémica ni al escándalo. Sus ideas se enfrentan muchas veces a los lugares comunes de la intelectualidad francesa, y en el ardor de la polémica a veces parecerla que sus escritos no siempre estan tan fundamentados como debieran. Cierto que eso le ocurre a muchos y buenos.

Esta vez BHL parece haber cometido una ligereza mayor que las habitualuales. Su libro mas reciente, llamado De la guerre en philosophie (la filosofía y la guerra) publicado en febrero de este año, menciona con toda seriedad a un filosofo llamado Jean-Baptiste Botul, que habría escrito un libro sobre la vida sexual de Kant. Solo que Botul y sus libros son una divertida invención del periodista Frédéric Pagès, quien desde hace varios años mantiene viva esta sátira, escudándose en una asociación que perpetua la memoria de las enseñanzas orales de este pensador. Botul habría visitado Buenos Aires y Paraguay, donde habría dictado unas conferencias a un grupo de kantianos que se exilaron de su Alemania natal para vivir en el monte según las enseñanzas del gran filosofo.

Seguramente no es la primera vez que un ensayista cita en buena fe un libro apócrifo o dudoso, y seguramente tampoco sera la ultima. Pero, dado el tono polémico de las obras de BHL y de las criticas que suscitan sus trabajos, esta falta de atención fue ocasión de comentarios y de nutridos ataques.

El autor de la bitácora Morbleu decidió comprobar si BHL fue el único en morder este anzuelo. Y descubrió con cierta sorpresa que hay un numero importante de ‘víctimas’, en varios idiomas, y varios de entre ellos especialistas en Kant.

El redactor de Marbleu confiesa haber creído el mismo en la existencia del Botul y su improbable filosofía, que se conoce bajo el nombre, totalmente previsible, de ‘botulismo’.

Felicitaciones a Pagès por su talento, y esperemos que BHL tenga mas cuidado en el futuro. Y por las dudas, revisemos bien nuestras bibliografía, no sea que también nosotros hayamos pisado el palito y hayamos incluido alguna improbable autoridad.